Oremos mañana. Evaluemos después
Por Guillermo Caram
Mañana serán celebradas elecciones municipales. Oremos para que todo salga bien, disipando nubarrones que se han alentado. Que se lleve el laurel de la victoria quien inspire la confianza popular. Que la hidalguia prevalezca en los vencidos en lugar de escarcear resultados.
Después de mañana imponese evaluar las elecciones para perfeccionar nuestra democracia: el derroche de recursos en una nación preñada de necesidades. La aparición continua de nubarrones procedimentales, ahora tecnológicos. La efectividad de acciones y actividades llevadas por partidos y candidatos. Los daños y molestias ocasionados a la ciudadanía.
Evaluar especialmente el primitivismo en las campañas por parte de líderes que se precian y pregonan modernidad, innovación y tecnología. Desde el liderazgo presidencial hasta municipal.
Evaluar permisividad de autoridades frente a violaciones legales y reglamentarias que incurren partidos y candidatos. Las respuestas retóricas dadas ante delitos electorales en lugar de aplicar sanciones ejemplarizadoras.
Evaluar el entorpecimiento del tráfico en caravanas dificultando y encareciendo movilidad de vehículos y peatones así como el reposo y descanso de residentes.
El dispendio y derroche de gastos que supone para causantes y afectados; incluyendo combustibles a importar pagables en dólares cuyo consumo constituye factor contaminante ambiental, así como basura y malos olores que generan.
La corrosión y degradación a democracia y dignidad humana causada por clientelismo, simbolizado en dinero y picapollos, solo para abultar asistentes que posen ante cámaras periodísticas.
Los ruidos provocados por sistemas de sonidos, agresión al paisaje urbano que deberíamos disfrutar impedidos por vallas publicitarias, irrespeto a privacidad de espectáculos privados en espacios públicos.
La saturación publicitaria en medios impresos, radiales y televisivos, que impiden información objetiva, esparcimiento y recreación de familias. La moral y buenas costumbres en spots televisivos y redes en lugar de propiciar presentaciones y debates sobre problemas y soluciones municipales.
Evaluemos campaña en función de resultados y dinero gastado: cuantos votos le aumentaron ¿o redujeron? a candidatos cada peso invertido en chercha electoral.
Y permisividad y omisiones de autoridades en aplicar sanciones ante delitos electorales cometidos, agraviando nuestra democracia. El autor es ingeniero y exgobernador del Banco Central. [email protected]