El sector de la tecnología deja 10.000 vacantes por falta de cualificación en España

España. En España, solo 13 de cada 1.000 estudiantes completan sus estudios en ca npos STEM, de los cuales solo el 26% son mujeres. El estudio El desafío de las vocaciones STEM, realizado por la Asociación Española para la Digitalización, DigitalES la patronal del sector tecnológico alerta de la preocupante tendencia del descenso en las matriculaciones de carreras y estudios relacionados con ciencia y tecnología (STEM).
A día de hoy habría al menos 10.000 empleos vacantes en el sector tecnológico en España por falta de cualificación.
Trabajar para conseguir una igualdad real y efectiva de oportunidades para facilitar las vocaciones científicas entre las jóvenes desde edades tempranas y para lograr una mayor presencia en todos los niveles, tanto en el plano académico como en el conjunto de la sociedad es una de las máximas fundamentales que debe emprender España.
Los científicos influyentes de 1800, incluido Charles Darwin, creían que las mujeres eran «biológicamente inferiores a los hombres». Estas creencias «anticuadas», por suerte, ya no están en las mentes de la población. De hecho, es importante que la universidad defienda a sus científicas por una razón simple pero profunda. Las mujeres representan el 50% de la capacidad intelectual disponible.
Según un estudio de 2017 de la revista Science, a los seis años las niñas comienzan a autoexcluirse de las matemáticas y otras materias relacionadas por considerarse menos brillantes que los niños.
En este contexto, los sistemas educativos y las escuelas desempeñan un papel clave para despertar el interés de las niñas por las materias STEM. No pasa ni un día en que no se nos recuerde la brecha creciente entre la preparación proporcionada por las instituciones de educación superior y el mercado laboral que cambia rápidamente.
Los mayores nichos de empleo y de mayor salario y productividad se encuentran, precisamente, en los sectores de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.La rama STEM se bloquea en España y se dispara en Europa
Xosé R. Bustelo, presidente de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica), destaca que hoy lo que más lastra la elección de carreras científica es «la falta de perspectivas profesionales que los estudiantes observan a su alrededor».
«Los jóvenes siguen sin escoger carreras más técnicas como las ingenierías simplemente porque las consideran difíciles y, por ello, deberíamos hacer mucho más hincapié en estadios previos como la ESO y el Bachillerato para favorecer un aprendizaje crítico y creativo de las asignaturas más relacionadas con la ciencia».
Según el informe «El desafío de las vocaciones STEM», realizado por DigitalES, el 25% de los alumnos de Secundaria, Bachillerato y FP no escogería formarse en ramas STEM como ingeniería y arquitectura, porque desconoce las oportunidades laborales que ofrecen.
Además, la falta de formación se debería a insuficiencias de los Planes de Estudios de los grados en Magisterio: la oferta de asignaturas de Matemáticas, Tecnología y TIC representa solo un 10%-12% del currículo.
Eva Ortega-Paíno, secretaria general de Raicex (Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos Españoles en el Exterior), destaca que «la falta de una carrera científica bien diseñada, valorada y estable hace que el futuro profesional en el sector de I+D+i de un doctorado sea incierto. Esto revierte negativamente en el interés de los estudiantes por hacer un doctorado, y el abandono de la carrera científica tras el mismo también es importante.
En general, un sistema más fuerte de I+D+i alentaría y promovería la carrera profesional científica: si los doctorandos vieran posibilidades de poder continuar con sus investigaciones una vez finalizada su tesis doctoral, la carrera investigadora sería mucho más atractiva».
Fuga de cerebros
La falta de profesionales cualificados, muy demandados en el mercado, hace que nuestros talentos salgan fuera a encontrar un empleo con mejores condiciones que las que se ofrecen en España.
La fuga de cerebros y la pérdida de capital humano bien formado es una sangría que la vamos a pagar muy cara. Pablo Giménez Gómez, presidente de la Federación de Jóvenes Investigadores, indica que «para hacer carrera científica estás casi obligado a salir al extranjero, porque la falta de oportunidades te obliga a ello.
España debería hacer más y no dejar tirados a miles y miles de jóvenes que no pueden trabajar para aquello para lo que los estamos educando». Y es que en un informe titulado EU Mobile workers, sobre las migraciones de los trabajadores dentro de Europa, se destaca que los españoles, junto con los italianos, estamos entre los trabajadores más formados, pero los que se marchan con más frecuencia a otros países para buscar oportunidades.
Bustelo, por su parte, añade que «una de las ventajas de ser científico es que puedes trabajar en cualquier país. Si aquí no hay posibilidades, qué duda cabe que poder seguir tu senda profesional en otros países es una opción posible y, en mi opinión, muy recomendable.
Y, aunque sí lo considero negativo a nivel de país, no creo que esto pueda considerarse un fracaso a nivel personal. De hecho, hasta puede ser un incentivo para consolidar la carrera profesional de los investigadores jóvenes.
Por poner un ejemplo personal, yo decidí permanecer fuera de España diez años antes de volver y nunca me arrepentí de ello. De hecho, de no haberlo hecho así, mi carrera profesional hubiese sido bastante peor».
Inspirar a los jóvenes a considerar una carrera profesional STEM es tarea de todos, pero fundamentalmente de las instituciones públicas. El desafío de la escuela de hoy no es solo saber leer y escribir, sino que hay que unirle el desarrollo de las destrezas de la revolución digital.
Se necesita un «sistema educativo que fomente la curiosidad innata de los alumnos, promueva las iniciativas de sus alumnos y les facilite el acceso a experimentar lo que se puede hacer con la Ciencia participando en sus trabajos y conociendo sus componentes.
Algo a lo que los centros de investigación están permanentemente abiertos y, sin embargo, resulta muy difícil de materializar por la lejanía o desconocimiento de los colegios e institutos a este recurso del que disponen», afirma César Ullastres, tesorero y portavoz de la AEAC (Asociación Española para el Avance de la Ciencia).
Brecha de género
A pesar de los múltiples estudios y estadísticas que prueban que las mujeres enfrentan barreras sistémicas cuando trabajan en STEM, un campo típicamente dominado por hombres, la realidad es que la feminización del sistema educativo contrasta con la masculinización del mercado laboral.
Los problemas de diversidad de STEM están influenciados por los estereotipos sociales sobre el género. Los expertos aseguran que algunas de las razones por las que las matriculaciones de mujeres en carreras técnicas han bajado en los últimos años es la menor confianza en sí mismas, la preferencia por carreras de orientación social y la existencia de estereotipos.
Con el fin de fomentar las vocaciones en estos estudios, se debe promover la autoconfianza de las alumnas, el apoyo de sus iguales y compañeros y el aumento de la implicación parental, en especial de las madres, pues se ha observado una relación entre cada uno de esos tres factores y el desempeño en las materias de ciencias, que es más intensa para las chicas que para los chicos, según se destaca en un informe de la UCJC (Universidad Camilo José Cela).
Además, la intervención en la Educación Secundaria Obligatoria resulta a este respecto decisiva, pues se observa que es una etapa crítica en la cual las chicas inician su distanciamiento de las ciencias y las matemáticas.
Más allá de los problemas de origen social clásicos y sobradamente conocidos como «el techo o laberinto de cristal» o el «suelo pegajoso», también existen problemas a veces más difíciles de detectar, pero que coartan el desarrollo pleno de las niñas y las mujeres de alta capacidad.
Perla Wahnón, presidenta de Cosce (Confederación de Sociedades Científicas de España), apuesta por una «adecuada formación en primaria y secundaria. Precisamente en este área, la Cosce ha puesto en marcha un proyecto que ayuda a los profesores de Primaria y Secundaria a introducir la ciencia en las aulas.
Ya llevamos dos ediciones en las que han participado más de 500 profesores de Primaria y Secundaria y es impresionante ver cómo profesores y alumnos comparten sus experiencias científicas.
A todos los que estén interesados, les recomiendo que entren en la web del proyecto, que se llama Aciertas y que está apoyado por el Ministerio de Ciencia y la Fundación laCaixa».
Actualmente, vivimos en una cultura masculina en la que el sentimiento de pertenencia para esas opciones es inferior para las mujeres que para los hombres; a una insuficiente experiencia previa con la informática, ingeniería y física; y a una brecha en materia de autoeficacia o, lo que es lo mismo, que las chicas necesitan más autoconfianza que los chicos para sentir que dominan las asignaturas de ciencias.