21 de noviembre de 2024

Nueva York da pasos para reabrir las escuelas bajo protocolos por COVID-19

New York, Estados Unidos. El año 2020, sin dudas será inolvidable para la humanidad.

En la memoria colectiva, los 12 meses que lo conforman serán recordados como los días en los que el mundo cambió.

Aunque desde los primeros días de enero, el mundo occidental comenzó a tener reportes aterradores de lo que se vivía en China, específicamente en la ciudad de Wuhan, nunca pensó que el coronavirus acortaría distancia en un período de tiempo relativamente corto y, de ser una epidemia para oriente, se convertiría en una pandemia de proporciones catastróficas, cuyo saldo final aún está muy lejos de establecerse.

Fue en febrero, cuando se confirmó el primer caso de coronavirus en la ciudad de Nueva York, al cual, en cuestión de horas, se sumaron decenas, lo que disparó las alarmas, y las autoridades, encabezadas por el gobernador de la ciudad, Andrew Cuomo, implementaron una serie de medidas tendentes a reducir los posibles contagios. Una de las medidas más difíciles, y que supuso un mayor grado de dificultad, fue el cierre de los centros educativos del denominado Estado del Imperio.

Y es que el Departamento de Educación de Nueva York, comenzó a recibir reportes de casos positivos de Covid-19 de padres y familiares cercanos de estudiantes.

Al parecer, las medidas de higiene extrema y distanciamiento social que habían surgido como nuevas e inquebrantables normas, no fueron suficientes para frenar el avasallador avance de la COVID-19.

Eso provocó que a mediados de marzo, la ciudad que nunca duerme, quedara paralizada casi por completo.

Tanto en las escuelas como en las universidades, debió asumirse un sistema de enseñanza totalmente virtual. Un verdadero dolor de cabeza para la mayoría de los padres con hijos en la escuela primaria, (Elementary School), ya que no todos hablan Inglés y se sentían impotentes para ayudar a sus hijos en las tareas.

Para los estudiantes de la intermedia (Middle School) y los de la secundaria (High School) las clases “on line” no fueron tan complicadas, ya que más de una vez, durante el año escolar son asignadas a algunas clases en esta modalidad.

Lo mismo podría decirse de los estudiantes universitarios.

Sin embargo, la premura con que las autoridades debieron cerrar las clases y pasar de la escolaridad tradicional a un modelo “en línea”, dejó muchos entuertos, en un país desarrollado como este.

La frustración e inicio

La frustración de padres y estudiantes fue la nota más destacada de año lectivo 2019-2020. Es por eso que ahora, cuando se realizan los aprestos para dar inicio a una nueva jornada educativa, la incertidumbre se apodera de los estudiantes y sus padres, que no quisieran repetir lo vivido el pasado año escolar.

Pero esa no es una preocupación exclusiva de padres y alumnos, también los docentes y el personal que labora en los diferentes centros educativos se sienten inseguros y expectantes de lo que pasará mañana.

A pesar de que el pasado viernes los diferentes superintendentes de los distritos escolares de Nueva York, hicieron público los planes de regreso a clases, no se puede hablar aún de algo definitivo, aunque se ha fijado el 10 de septiembre como el día de inicio formal del nuevo año escolar.

Esto así, porque un elevado porcentaje de padres ha manifestado su negativa a enviar a sus hijos a las escuelas mientras no se hable de erradicación de la enfermedad o por lo menos se les administre una vacuna, algo que no se vislumbra en los próximos meses y por otro lado, porque en el plan de regreso a clases, se aclara que queda abierta la posibilidad de un posible cierre completo de las escuelas, en caso de un rebrote del coronavirus.

Tres modelos

La propuesta presentada por las autoridades docentes a los distritos escolares consiste en tres planes: presencial, on line y uno híbrido. Este último, es una combinación de los dos primeros.

Hasta el momento, la junta de educación se inclina por el modelo híbrido, mitad en línea, mitad presencial.

De hecho, ya han presentado el esquema o calendario de clases bajo esta modalidad.

De acuerdo a esta propuesta, los estudiantes serían divididos en dos grupos, grupo A y grupo B. El primer grupo participaría de manera presencial el lunes, martes y miércoles de la semana 1, mientras que el grupo B lo haría los días jueves y viernes de la misma semana. El grupo A trabajaría desde su casa los días jueves y viernes, mientras que el grupo B lo haría los lunes, martes y miércoles.

En la semana 2, el grupo B asistiría a las aulas los tres primeros días y el grupo A los últimos dos. En la semana 2 el grupo B trabajará desde su casa jueves y viernes y el grupo A lo hará lunes, martes y miércoles.

En realidad, el miércoles se sumarán y restarán entre semanas para cada grupo.

En la parte correspondiente a la educación en línea, se destaca el modelo sincrónico y asincrónico. En el primero, maestros y estudiantes deben estar conectados al mismo tiempo y en el asincrónico, los estudiantes deben cumplir con una serie de asignaciones, las cuales deben ser terminadas en un tiempo determinado.

El transporte escolar

Esta propuesta se extiende al sistema de transporte de las escuelas. En lo adelante, solo se permitirá un alumno por asiento, solamente los hermanos podrán ir en el mismo asiento en el autobús.

Asimismo, se excluirá del transporte a los niños que residan a menos de media milla de su escuela, en el caso de la escuela primaria, y a aquellos de intermedia y secundaria que vivan a menos de una milla de sus escuelas.

El Departamento de Educación ha tomado en cuenta la posibilidad de que algunos niños no cuenten con computadoras y acceso a Internet. Por eso, ha instruido a los distritos de la ciudad para que suministren estos dispositivos con acceso a Internet a los niños que los necesiten.

En las universidades

La historia vivida en las escuelas se repitió en las aulas de educación superior. Sin embargo, a pesar del cierre abrupto, a nivel universitario la transición no causó mayores traumas.

De hecho, en el caso de algunos maestros, parecía como si recurrir a este recurso, formaba parte de una especie de plan B.

Quizás porque las universidades fueron cerrando una a una, lo que al parecer les dio chance a los profesores de irse preparando para cuando les tocara trabajar en línea.

Para algunos estudiantes, como es lógico, fue un choque y se vieron obligados a incurrir en gastos adicionales para poder cumplir con sus asignaciones, ya que un alto porcentaje no contaban con los recursos y facilidades ofrecidas por el campus.

Para estos gastos, el gobierno, a través de la Ley Cares, destinó recursos millonarios.

A través de esta ley, le fue aprobado un fondo de un máximo de 1000 dólares por estudiante para compensar los gastos en que debió incurrir para terminar el semestre de primavera.

Este fondo podía ser aceptado completo, reducirlo o rechazarlo.

La propuesta de las universidades

Tal como en las escuelas, pero más temprano, las universidades, previo consultas con sus alumnos, presentaron sus planes para el semestre de otoño.

Aquí también fueron presentadas tres opciones:
On line, presencia en el campus, híbrido y el programa denominado Remoto.

En este caso, cada estudiante fue colocado en el programa más acorde con las respuestas ofrecidas por éste, en la encuesta realizada por cada universidad.

La idea es que en cada aula se reúna un mínimo de 15 estudiantes, para el trabajo presencial.

En cuanto al sistema híbrido, los estudiantes asistirán a algunas clases en el aula y otras de manera on line. Para ello, serán habilitados, con computadoras con acceso a Internet, diferentes espacios dentro del campus, para que los estudiantes puedan conectarse a tiempo, sobre todo si solo tienen media hora entre una clase presencial y otra on line.

El sistema Remoto, combina el método sincrónico y asincrónico.

Encuestas a padres y alumnos

Cabe destacar que para desarrollar el plan de regreso a clases, tanto las escuelas como las universidades realizaron encuestas a padres y alumnos para elegir el mejor plan o ubicar al estudiante en el que más encajara con sus necesidades.

Conforme lo expresado por las autoridades, tanto a nivel de las escuelas como de las universidades, la ciudad de Nueva York está lista para abrir las puertas a sus estudiantes en un regreso que se vislumbra desprovisto del entusiasmo habitual de cada inicio de docencia.

Esta vez, a la lista de asignaturas se suman el temor, el distanciamiento, medidas de higiene extremas y la incertidumbre de que en cualquier momento un rebrote del virus obligue a repetir lo vivido la pasada primavera.

Sistema de educación

La ciudad de Nueva York posee el sistema de educación pública más grande de los Estados Unidos. El Departamento de Educación está integrado por 32 distritos escolares. 1500 escuelas reciben cada día a un millón de estudiantes.

La universidad Estatal de Nueva York, SUNY, por sus siglas en inglés, es el mayor consorcio de universidades del mundo. Cuenta con una matrícula de 438,361 y 1.1 millones de estudiantes de educación continua. La integran 64 escuelas de educación superior, ubicadas en diferentes zonas del estado de Nueva York.

Organización

  • Elementary School, escuela primaria, de primero a quinto. Edad escolar de 6 a 11.
  • Middle School, escuela intermedia, de sexto a octavo. Edad escolar 11 a 14.
  • High School, secundaria, de noveno a doceavo. Edad escolar 14 a 18.
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