Lula pide a los países ricos del G20 adelantar sus metas de neutralidad de carbono a 2040
Río de Janeiro. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió este martes a los países más ricos del G20 adelantar sus metas de neutralidad de carbono de 2050 a “2040 o hasta 2045”, en el discurso de apertura de la tercera y última sesión plenaria de la cumbre que se celebra en Río de Janeiro.
Lula también invitó a la comunidad internacional a crear un Consejo del Cambio Climático en la ONU, que articule “diferentes actores procesos y mecanismos que hoy se encuentran fragmentados”, en aras de mejorar la gobernanza mundial en materia climática.
“Sin asumir sus responsabilidades históricas, las naciones ricas no tendrán credibilidad para exigir ambición a las demás”, afirmó el mandatario ante los líderes del foro que reúne a las economías más poderosas del planeta y también más contaminantes, entre ellos China y Estados Unidos.
Mensaje a los países en desarrollo
El líder progresista también mandó un mensaje a los países en desarrollo, a los que llamó a aplicar sus programas de reducción de gases de efecto invernadero en todos sus sectores productivos.
“Es esencial”, sentenció Lula, anfitrión de la cita, que se organiza bajo la presidencia rotativa de Brasil.
El jefe de Estado puso como ejemplo a su propio país, que en la cumbre climática de Bakú (COP29) se comprometió a reducir sus emisiones un 67 % hasta 2035, frente al 59 % previsto en el objetivo anterior.
“La mayor parte de la reducción procederá del descenso de la deforestación, que ha caído un 45 % en los dos últimos años”, aseguró delante del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, uno de los líderes presentes en la sala de debates, en el Museo de Arte Moderno de Río.
Delitos medioambientales
Y completó: “No transigiremos con los delitos medioambientales. La deforestación será erradicada en 2030”, un problema que afecta de forma grave a la Amazonía, el mayor bosque tropical del mundo y que ocupa cerca del 60 % del territorio brasileño.
Lula también abogó por una “gobernanza climática más fuerte”, pues “no tiene sentido negociar nuevos compromisos”, si no hay un mecanismo “eficaz” para acelerar la implementación del Acuerdo de París, “cuyos resultados distan mucho de lo necesario”, en su opinión.
“La esperanza renace con cada compromiso y acto de valor en defensa de la vida y de la preservación de las condiciones en que nos fue dada”, concluyó.
No postergar la meta de financiación climática
Luiz Inácio Lula da Silva instó a los negociadores de la cumbre climática de Bakú (COP29) a no postergar el acuerdo sobre una meta de financiación climática para su próxima reunión anual (COP30), que se celebrará en la ciudad brasileña de Belém.
“No podemos posponer la tarea de Bakú para Belém. La COP30 será nuestra última oportunidad para evitar un colapso irreversible del sistema climático”, advirtió Lula en el discurso de apertura de la tercera y última sesión plenaria de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G20, en Río de Janeiro.
Ante varios líderes mundiales, como el estadounidense Joe Biden, el gobernante brasileño demandó “ambición” para llevar a buen puerto las negociaciones en curso en la capital azerbaiyana, que deben incluir “medios” para implementar lo acordado, según remarcó Lula.
El papel de los países en desarrollo
Los países en desarrollo exigen que la nueva meta de financiación climática sea de 1,3 billones de dólares anuales, que se emplearían en descarbonizar sus economías, adaptar sus territorios para resistir mejor los impactos climáticos y asumir las pérdidas y daños tras desastres naturales.
Por otro lado, los países desarrollados aún no han planteado una cifra.
Además, existen dudas sobre la futura contribución de Estados Unidos, después de la victoria del republicano Donald Trump, un escéptico de la lucha contra el cambio climático y quien volverá a la Casa Blanca el próximo 20 de enero.
El magnate ya retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París en su primer mandato (2017-2021).
Lula dijo que la Amazonía, el mayor bosque tropical del planeta y que ocupa cerca del 60 % del territorio brasileño, “continuará amenazada, si el resto del mundo no cumple la misión de contener el calentamiento global”.
“En París, hablábamos de una centena de miles de millones de dólares por año (para los países en desarrollo), que el mundo desarrollado no cumplió. Hoy, hablamos de billones. Esos billones existen, pero están siendo desperdiciados en armamento, mientras el planeta agoniza”, subrayó.
El G20 finaliza este martes su cumbre anual en Río de Janeiro después de dos jornadas de debates sobre cómo erradicar el hambre, la reforma de los organismos internacionales y la crisis climática.
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