22 de noviembre de 2024

El presidente de Perú, Pedro Castillo, detenido tras su intento de disolver el Congreso, según medios locales

El presidente de Perú Libre, el partido que aupó al presidente, califica de “golpe de Estado en marcha” la decisión.

El comandante del Ejército renunció este martes a su cargo, lo que da vía libre para nombrar a uno nuevo.

El Congreso aprueba la destitución del mandatario.

El presidente de Perú, Pedro Castillo, ha anunciado este miércoles la disolución del Congreso y ha decretado un Gobierno de excepción, la reestructuración del Poder Judicial y el toque de queda nocturno. Castillo, que asumió el poder en julio de 2021, había anunciado también la próxima convocatoria de elecciones al Congreso para aprobar una nueva Constitución.

Esta huida hacia adelante de un presidente asediado por una eterna crisis política desde que comenzó a gobernar ha generado un enorme rechazo, incluso entre sus filas, que calificaron la decisión de “golpe de Estado en marcha”.

Apenas unas horas después de su mensaje, el mandatario se presentó ante la prefectura -la institución que se encarga de mantener el orden público- para pedir garantías, donde fue arrestado.

Los congresistas han continuado la sesión a pesar del anuncio y han votado la destitución del mandatario, incluso han citado a Dina Boluarte para que asuma el cargo de presidenta.

Las reacciones han sido inmediatas. Estados Unidos, a través de su embajadora en Lima, instó “enfáticamente” al presidente a “revertir” su decisión. Y desde dentro del país, el Tribunal Constitucional pidió a las Fuerzas Armadas “restablecer el orden”.

Perú vive momentos de extrema tensión. Algunos locales comerciales han comenzado a cerrar sus puertas y la gente se ha lanzado a las calles para regresar a sus casas, mientras multitud de padres se dirigen a los colegios para recoger a sus hijos. Una hora después del mensaje de Castillo, aún no se veía mucha policía.

Este martes, un día antes de que se anunciara la disolución del Congreso, Walter Córdova Alemán, había renunciado a su cargo como comandante general del Ejército por “motivos estrictamente personales”. No brindó mayores detalles, pero la decisión dejaría vía libre a Castillo para designar a un nuevo jefe militar.

Las puertas del Congreso, donde esta tarde debía haberse enfrentado a su tercera moción, han cerrado, pero dentro los congresistas han continuado la sesión.

La Mesa Directiva de la Cámara ha planteado una “vacancia por incapacidad moral” contra el presidente, una figura que está en la Constitución y que se ha usado tres veces, la última en el año 2000 contra Alberto Fujimori.

Los congresistas han aprobado la destitución con 101 votos a favor, seis en contra y 10 abstenciones.

El mensaje de Castillo ha provocado el rechazo generalizado de las distintas fuerzas políticas. Vladimir Cerrón, presidente de Perú Libre, el partido bajo el que Castillo se presentó a las elecciones, ha asegurado que no apoyará “el golpe de Estado en marcha”.

El expresidente Ollanta Humala también ha hecho público su rechazo a través de sus redes sociales y ha calificado a Pedro Castillo de dictador. “Las Fuerzas Armadas le deben honor y lealtad a la patria y no a un dictador. Eso eres hoy Pedro Castillo”. La líder opositora Keiko Fujimori ha pedido al Congreso la destitución del presidente y a las Fuerzas Armadas que “respalden el orden constitucional”.

El presidente ha asegurado que convocará elecciones para formar otro Congreso con facultades constituyentes y elaborar una nueva Constitución en un plazo no mayor a nueve meses. Mientras, asegura que gobernará mediante decretos ley.

El presidente sostiene que ha tomado la decisión para “reestablecer el Estado de Derecho debido al reclamo ciudadano a lo largo y ancho del país”. A la vez, ha decretado un toque de queda a nivel nacional desde las diez de la noche hasta las cuatro de la mañana del jueves.

Esta huida hacia adelante de Castillo, asediado por una crisis política detrás de otra desde que asumió hace año y medio, trae a los peruanos los peores ecos del pasado. Las medidas anunciadas recuerdan al “autogolpe” de Fujimori el 5 de abril de 1992. Aquel día, el autócrata que gobernó Perú entre 1990 y 2000 anunció el cierre de las puertas del Congreso e intervino el Poder Judicial.

El presidente actual, en principio, no tiene la misma popularidad con la que contaba Fujimori ni se le presupone el mismo apoyo militar, pero la incertidumbre en el país es total y nadie sabe qué puede suceder en las próximas horas.

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