Cómo afectan a los países de América Latina los nuevos aranceles «recíprocos» impuestos por Trump

El café colombiano, los arándanos de Perú, el vino argentino, el salmón chileno o el camarón ecuatoriano son solo algunos de los productos latinoamericanos que deberán pagar el arancel de 10% impuesto por el gobierno estadounidense a gran parte de los bienes provenientes de la región.
El presidente Donald Trump anunció el miércoles uno de los mayores paquetes arancelarios de la historia iniciando una nueva era de proteccionismo que está remeciendo los cimientos del comercio internacional.
Los llamados «aranceles recíprocos» afectan a decenas de países, incluyendo algunas de las mayores economías del planeta.
El látigo, sin embargo, no cayó igual para todos. Mientras los productos provenientes de China tendrán que pagar un gravamen de 34% al cruzar la frontera estadounidense (más un 20% decretado previamente), los de la Unión Europea pagarán un 20%.
Incluso en México había un cierto nivel de optimismo porque, como dicen, «se salvaron» del peor de los escenarios.
México y Canadá no entraron en la lista de los aranceles recíprocos anunciados por Trump en lo que el mandatario bautizó como el «Día de la Liberación».
Eso calmó las aguas, aunque estos dos países sí enfrentarán los aranceles del 25% que Trump impuso previamente al acero, el aluminio y los automóviles.
En cualquier caso, el gravamen a los autos que cruzan la frontera desde Canadá y México a EE.UU. tampoco se aplicará completo, porque existe una cláusula que establece que la tarifa solo recaerá sobre contenido del vehículo «no estadounidense».
Entre los menos golpeados
Casi todos los productos latinoamericanos tendrán que pagar un arancel de 10%, que es el mínimo impuesto por la Casa Blanca en esta nueva era de comercio internacional que interrumpe décadas de un sistema basado en reglas que regulan la imposición de tarifas.
Un arancel no es otra cosa que un impuesto a un producto extranjero. Habitualmente lo aplican los países cuando quieren proteger a las empresas nacionales bajo el argumento de que existe una competencia injusta por parte de otras naciones.
Esta vez, sin embargo, el gobierno estadounidense se saltó las reglas y decidió unilateralmente lanzar un tsunami arancelario contra casi todo el mundo.
Como la ofensiva fue gigantesca, Latinoamérica quedó entre los menos golpeados con el gravamen de 10%, con la excepción de los productos provenientes de Venezuela, que deberán pagar un 15%, y los de Nicaragua, que deberán pagar un 18%, el impuesto más alto de toda la región.
¿Quién paga el arancel? Lo paga el importador estadounidense en la aduana cuando el producto cruza la frontera.
El efecto directo es que se encarece el producto que compra el consumidor final en Estados Unidos.
Lo que le preocupa a los exportadores latinoamericanos es que, como el precio de sus productos será mayor al cruzar la frontera, van a vender menos y eso terminará afectando la inversión, el empleo y el crecimiento en la región.
Pero los temores no solo vienen por el golpe que sufrirán los exportadores. La nueva guerra arancelaria de Estados Unidos ha provocado incertidumbre en los mercados, pausa en las inversiones, dudas sobre el futuro del tipo de cambio y ansiedad sobre cómo responderán los países más afectados.
Pese a la tormenta,»parece que la región está mejor posicionada que el resto», dice Joan Domene, economista jefe para América Latina de Oxford Economics, en diálogo con BBC Mundo.
Aunque, agrega, hay que estar atentos porque «vamos a ver una desaceleración global del comercio».
Muchos analistas están anticipando ese frenazo económico en Estados Unidos, uno de los principales socios comerciales de la región, algo que impacta directamente a las economías latinoamericanas.
Las economías están tan interconectadas que, si baja el crecimiento en EE.UU. o se produce una recesión, Latinoamérica lo va a sentir. Pero, por ahora, no se sabe qué va a pasar durante los próximos meses en la medida que comiencen a rearmarse las piezas del rompecabezas del comercio internacional.
Felipe Hernández, economista para América Latina de Bloomberg Economics, comenta que el arancel para los países de la región «es un retroceso» en relación a la situación en la que estaban antes.
Sin embargo, Latinoamérica queda en una posición relativa favorable en relación a otras regiones del mundo, explica. «Se abre una oportunidad en América Latina para ganar participación en las importaciones a EE.UU. a costa de otros países».
De todos modos, dice, hay que tener en cuenta que «se espera que la economía de EE.UU. crezca mucho menos» y eso afectará a todo el mundo.
Puedes ampliar esta y otras informaciones en BBC News Mundo