La Guerra de la Restauración
Santo Domingo. El 16 de agosto de 1863, hacen 160 años, los dominicanos se levantaron en arma, en busca de otro respiro de libertad, tras la decisión de Pedro Santana anexar el país a España. La Restauración fue un movimiento popular y nacionalista que mediante la guerra revolucionaria, devolvió a la República Dominicana su independencia, el 3 de marzo de 1865.
El 16 de agosto, los dominicanos conmemoran otro aniversario del inicio de los actos bélicos, que desataron la guerra domínico-española, por la restauración de la República Dominicana, que había sido proclamada el 27 de febrero de 1844, pero desde su fundación estuvo amenazada por las luchas intestinas de sus fundadores y otros que aún siendo acabados de llegar, ejercieron un protagonismo y una presión tan deliberante, que terminaron desplazando a los más sacrificados por la patria.
A estas luchas de intereses entre los dominicanos, se sumaron las constantes invasiones, amenazas y presiones de los haitianos, quienes alegaban que desde el tratado de Basilea en 1795, la isla era una sola e indivisible y por lo tanto se oponían a la independencia del territorio que ellos siempre habían reclamado y que habían gobernado desde el 9 de febrero de 1822, hasta el 27 de febrero de 1844.
También presionaban e instigaban potencias como Francia, España, Inglaterra y el naciente imperio del norte, como llamara José Martí a los Estados Unidos de América. Estas potencias no tenían ningún interés real en el territorio dominicano, sino tenerlo como base para sus defensas o para atacar a otras potencias, por eso el desenfrenado interés por la estratégica bahía de Samaná.
Juan Pablo Uribe, presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, al pasar balance sobre cómo se logró la Guerra de la Restauración, una conquista del pueblo dominicano, destaca que el 16 de agosto de 1863 las energías telúricas de la nacionalidad se concentran simbólicamente en un punto de la geografía insular, Cerro Capotillo, en la frontera norte, produciendo lo que se conoce en nuestra historia como el Grito de Capotillo, momento glorioso en que es izada nuevamente la bandera tricolor del 27 de febrero de 1844, y se inicia la Restauración de la independencia y de la República Dominicana.
Algunos elementos claves que configuran historiográficamente la Restauración de la República pueden esbozarse en una apretada síntesis propia de un trabajo de escritura de esta naturaleza.
1.- El 17 de abril de 1860, Pedro Santana solicita a la reina Isabel II la anexión de la República al Reino de España, ella le responde el 28 de julio, y el 2 de octubre, Santana y el español Peláez de Campomanes firman los documentos de la anexión. Pero es el 18 de marzo de 1861 cuando se formaliza públicamente en todo su perverso y dañino esplendor la anexión.
2.- La anexión no es aceptada sumisamente, porque se presentan protestas y rebeliones en diferentes lugares del país. En San Francisco de Macorís el mismo 18 de marzo un grupo de patriotas protestó al bajar la bandera dominicana y se dio una refriega sangrienta; el 2 de mayo se enfrentan en el poblado de Moca dominicanos dirigidos por el coronel José Contreras contra soldados españoles, los dominicanos son apresados y fusilados por orden de Pedro Santana; en junio-julio de 1861, el patricio Francisco del Rosario Sánchez dirige una acción militar que da al traste con su vida y la de sus compañeros.
3.- La oposición y la rebeldía continuó organizándose, desembocando en el Grito Restaurador de Capotillo, un 16 de agosto de 1863, épicamente personificado en 14 hombres convocados por la hora de honor patrio: Santiago Rodríguez, Benito Monción, Segundo Rivas, Pablo Reyes, Juan de la Mata, Alejandro Bueno, Eugenio Belliard, Juan de la Cruz Álvarez, Sotero Blan, José Angulo, San Mezquita, José Contreras, Tomás Aquilino Rodríguez y un patriota anónimo.
4.- El Grito de Capotillo es el inicio de la Guerra de la Restauración, una contienda de profundo calado popular, nacional y anticolonial con repercusiones internacionales como lo destaca el gran intelectual y antillanista Eugenio María de Hostos.
5.- La Restauración de la República se convierte en un poderoso movimiento social de masificación combatiente que proyecta la nacionalidad a un nivel superior a como fue dejado en el período de la llamada Primera República, 27 de febrero de 1844 al 18 de marzo de 1861.
6.- El movimiento restaurador fue un desafío victorioso a los escépticos traidores de la República, a los que no tenían fe en las potencialidades independientes de la nación, a los que no sentían la sensibilidad telúrica, intuitiva y racional de la nacionalidad.
7.- La capacidad guerrera y la moral combativa del ejercito popular dominicano se manifestó con fulgor de leyenda en batallas como la de Guayubín, la de Santiago; la batalla de Arrollo Bermejo dirigidas las tropas dominicanas por Gregorio Luperón, con apenas 21 años, quien hace que Pedro Santana muerda el polvo de una angustiante derrota.
8.- El 16 de agosto de 1863, impulsa una conciencia individual y colectiva que proyecta procesualmente la jerarquía del ethos dominicano y por lo tanto el amurallamiento ideológico ante las tendencias antinacionales internas.
9.- La Guerra Restauradora nos enseña que el nacimiento y el mantenimiento en el tiempo y en la geografía de la dominicanidad, no ha sido un golpe de suerte en un rodar de dados en la historia, sino una compleja y dolorosa construcción ontológica a contracorriente de los extranjeros que han pretendido dominarnos.
10.- 160 años han transcurrido desde el Grito Restaurador de Capotillo y este nos sigue recordando con voz de trueno desde el fondo glorioso de la historia en el siglo XXI la defensa intransigente de la soberanía nacional, la integridad territorial, la autodeterminación del pueblo y la identidad que es la dominicanidad.