Inversiones en la electricidad fluyeron en el año que cierra
Santo Domingo. En 2019 el país no logró librarse de los apagones y el Gobierno tampoco se libró del pago de un subsidio eléctrico, que solo en octubre le obligó a destinar RD$1,171.26 millones a través del Fondo de Estabilización de la Tarifa Eléctrica y casi RD$20,000 millones, si suma de forma global lo destinado entre enero y noviembre.
Pero en República Dominicana se dieron pasos importantes, especialmente con inversiones privadas, dirigidas a mejorar el sector eléctrico y a lograr menos dependencia de derivados del petróleo y -de paso- reducir la factura petrolera.
2019 abrió con la colocación de capitales cuantiosos encaminados a producir energía más limpia y así se movió prácticamente los 12 meses. Pero “entre una “cosa y la otra” hubo momentos difíciles, como a mediados de año, cuando se sintió con fuerza el incremento de los apagones, atribuidos a la salida de una serie de plantas generadoras por causas diversas. Solo en una tarde de junio había 18 plantas disponibles, 21 con indisponibilidad parcial y 17 fuera. Nada deseable.
Dentro de las inversiones establecidas en suelo dominicano en 2019 figura la del mes de abril, con la primera fase del proyecto energético Parque Eólico Agua Clara, en Monte Cristi, que aporta 50 megavatios al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (Seni).
La obra, de la multinacional INKIA Energy, tuvo una inversión de US$103 millones y está compuesta por 25 generadores de 2 megavatios cada uno, lo que representa una producción anual 170 mil megavatios-hora, que suple de energía a alrededor de 250 mil personas. La producción anual de Agua Clara sustituye el uso de 250,000 barriles de petróleo, equivalente al consumo aproximado de 16,000 vehículos, lo que representa un ahorro para el país de US$16 millones en la compra de combustibles fósiles, según cálculos de la firma.
En septiembre se inauguró el Parque Eólico Matafongo, en Sabana Buey, provincia Peravia, con aportes de 34 megavatios al Seni. “Cuenta con 17 aerogeneradores de dos megavatios de potencia nominal unitaria; cada uno de ellos lleva instalado un transformador que eleva la tensión de generación (690 voltios) a la de transporte interna del parque (34.5 kilovoltio)”, se explicó en su momento.
Su producción es de 91,800 megavatios-hora, equivalente a 3,100 horas de producción anual. El proyecto fue desarrollado por el Grupo Eólico Dominicano, S.A., con aportes de Genera Avante y con financiación de la banca privada. Tuvo una inversión aproximada de US$71 millones. Los detalles que se dieron sobre la obra indican que abastece a alrededor 30,000 viviendas, disminuyendo así la dependencia de petróleo y derivados.
El 19 de noviembre, Grupo AES Dominicana inició los trabajos para la construcción del parque AES Bayasol, que tendrá capacidad instalada de 58 megavatios de fuente solar, como parte de la estrategia de la empresa, de crecer incorporando energías renovables a su portafolio.
No es el único paso que dio AES este año, con esa inversión aproximada a los U$60 millones. Ese grupo se ha convertido en el mayor inversionista del sector energético de República Dominicana, con un monto que supera los US$1,600 millones, de acuerdo con datos cortados al mes de noviembre de este año 2019.
También en noviembre el consorcio Washington Capital Group Energy puso en servicio un parque de energía solar con capacidad para generar 110 millones de kilovatios hora al año. Fue construido a un costo de US$70 millones en la comunidad de Mata de Palma, en Guerra, provincia Santo Domingo.
La semana pasada, InterEnergy Group Ltd. (InterEnergy) a través de su participación accionaria en “Energas” y junto a AES Dominicana anunció la conformación de una alianza estratégica para formar Energía Natural Dominicana (Enadom), entidad que comercializará gas natural en toda la región Este de República Dominicana, a través de un gasoducto actualmente en construcción.
A través de esa sociedad que representará inversiones superiores a los US$300 millones en cuatro años, se incrementará el uso de Gas Natural Licuado (GNL) para generar electricidad y otros usos desde un 32% de la demanda actual hasta aproximadamente un 70% para el 2022.
De otro lado, en 2019 logró terminarse una de las dos plantas a carbón que componen la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC). En septiembre, mientras era probada representaba entre 12 y el 16% del aporte total de energía en país, sumando 300 megavatios en ocasiones y 360 en otras. En octubre se sincronizó la segunda unidad y se ha garantizado que enero próximo ambas aportarán entre el 30 y el 35% de la demanda total de energía al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado. Una vez estén las dos operando sumarán 752 megavatios brutos.
El 4 de diciembre se informó que la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) será propietaria del 99.2% en Punta Catalina y el Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas (Fonper) del 0.8%, para lo cual se hizo un aporte de capital de US$622.0 millones, y se asumió una deuda de US$1,750.9 millones con el Estado.
En total, esos recursos completan los RD$2,372.9 millones invertidos en la obra.
La decisión se tomó en asambleas generales extraordinarias en las que las tres empresas distribuidoras de electricidad (Edenorte, Edesur y Edeeste) aprobaron la cesión de sus derechos de las dos plantas a carbón a la CDEEE.
Las distribuidoras siguen arrastrando las pérdidas
Instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo siguieron acompañando al sector eléctrico en la mejoría de la red de distribución, buscando bajar las pérdidas en Edesur, Edenorte y Edeeste, con una intervención que aprobó el año pasado por US$155 millones. Se trata de una operación firmada este año, pero no se ha remitido al Congreso, informó el representante local del organismo, Miguel Coronado.
“Las pérdidas de electricidad continúan siendo el talón de Aquiles del sector eléctrico, con un 27.1%”, dijo hace varios días la Asociación de la Industria Eléctrica (ADIE). Edeeste cierra 2019 con las mayores pérdidas (37%, igual que en el mismo periodo de 2018). Edenorte redujo sus pérdidas a 22% y la empresa Edesur también a 22%.