PUCMM entrega distintivos a estudiantes de Medicina
Santo Domingo. La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) realizó una emotiva ceremonia en la que entregó 61 plaquitas, o distintivos a estudiantes de la Escuela de Medicina, que los acredita como médicos internos, marcando el comienzo de una nueva y crucial etapa en su formación médica. En el campus de Santo Domingo se entregaron siete plaquitas, mientras que en Santiago se otorgaron 54.
Durante la ceremonia, los estudiantes dejaron atrás las aulas y laboratorios para iniciar su rotación en salas de emergencias y quirófanos de diversos centros de salud. Este paso simboliza la transición de las simulaciones académicas a la práctica clínica real, donde enfrentarán a sus pacientes.
A través de un video, María José Fernández, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, dirigió palabras de motivación a los nuevos médicos internos. “Ustedes llegaron aquí como adolescentes, eligieron esta universidad como su alma mater e iniciaron una historia con muchas expectativas, temores y alegrías.
Hoy, después de cuatro años y ocho meses, están listos para entrar en el capítulo final de esta historia: el internado”, expresó Fernández. Además, resaltó que este periodo será determinante para su futuro profesional, pues marcará el camino hacia la especialización médica.
El decano Mariano Rodríguez, destacó la importancia de la empatía en la práctica médica. “Lo primero que deben ser, antes de ser profesionales, es buenos seres humanos. La empatía es fundamental. Ustedes van a recibir personas con problemas en los hospitales, y ellos buscan a alguien que les ayude a aliviar sus problemas. Por eso deben hacerlo con empatía, con amor y con entrega”, enfatizó Rodríguez.
Durante el acto, los estudiantes reconocieron la dedicación y el apoyo de sus profesores y personal académico. “Queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento a cada uno de ustedes, nuestros maestros, quienes con su dedicación, sabiduría y amor por la medicina han sido pilares fundamentales en nuestra formación”, expresó la médico interna Katleen Estévez.
La médico interna Laura Suazo expresó, en nombre de sus compañeros, que la entrega de plaquitas simboliza su avance a una nueva etapa como médicos internos. “Durante estos años de formación, hemos enfrentado desafíos y momentos de aprendizaje que nos han forjado, no solo como profesionales de la salud, sino también como seres humanos”, afirmó.
Subrayó la satisfacción de ayudar a quienes más lo necesitan, la alegría de ver a un paciente recuperarse, y el profundo sentido de responsabilidad y compromiso que conlleva su vocación. “Hoy, al recibir estas plaquitas, celebramos no solo el final de una etapa, sino el comienzo de una nueva”.
Suazo destacó que, aunque les esperan nuevos desafíos y mayores responsabilidades, estas plaquitas son un símbolo de todo lo logrado hasta ahora y un recordatorio constante del compromiso asumido con la salud y el bienestar de sus pacientes.
El doctor Milcíades Albert, profesor de la Escuela de Medicina del campus Santo Domingo, destacó la exigencia y compromiso que conlleva la carrera médica. “Esta profesión demanda un esfuerzo significativo, requiere trabajo arduo y la disposición de dar una milla extra para alcanzar el objetivo de curar a los pacientes”, señaló Albert.
En su intervención, compartió una experiencia personal: “En una ocasión, le deseé suerte a un atleta, pero un fisioterapeuta me corrigió: ‘Doctor, suerte no, suerte necesita quien no se ha preparado. Al que se preparó, se le desea éxito’. Así que, éxito para ustedes”.
El director de la Escuela de Medicina del campus Santo Domingo, Marcos Díaz, enfatizó la importancia del servicio a la comunidad durante la pasantía de ley que realizarán los médicos internos. “Ya ustedes son médicos internos, pero aún les queda realizar la pasantía, donde pasarán un año poniendo sus conocimientos al servicio de la población”, afirmó Díaz. Además, destacó que la compasión es un elemento esencial en la práctica médica, “la medicina sin compasión no es medicina”, dijo.
La entrega de estas placas simboliza no solo un logro académico, sino también el inicio de una etapa crucial en la carrera de estos jóvenes médicos, quienes ahora se enfrentarán a los desafíos y responsabilidades de la práctica clínica en el mundo real.