Moderación ante vientos tempestuosos
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Economista Guillermo Caram
Por Guillermo Caram
Desde que Óseas 8.7 sentenció “Sembraron vientos, cosecharán tempestades”, el refranero popular lo asumió para simbolizar consecuencias de palabras y acciones emprendidas por personas, especialmente líderes.
Alfonso Calderón sostiene en artículo “Extremos y moderación en política” publicado en el sitio blog.cristianismeijisticia.net.: “Muchas democracias…han visto surgir partidos… con un fuerte componente populista…/debaten/ llenos de descalificaciones, echan de menos el reconocimiento de los propios errores y el propósito de enmienda. Esta política espectáculo entusiasma a algunos, pero también decepciona a muchos”.
Recomienda moderación que “implicaría humildad, generosidad y sentido común. La consecuencia sería una gobernanza más ecuánime, serena y sin sacudidas”.
Se tempestúan vientos cuando se carece de moderación y de instancias que la propicien. Nacional e internacionalmente, se está careciendo de ambas.
Nacionalmente hubo tiempo que gremios profesionales, asociaciones empresariales y la Iglesia Católica asumían este rol. Bastaría recordar el papel del CMD y CODIA en la transición postrujillista o los diálogos tripartitos celebrados bajo moderación eclesiástica durante los 80s. Ninguna de estas instancias evidencia hoy vocación de moderar.
Internacionalmente, la instancia más llamada a propiciarla, NNUU, está careciendo del poder y autoridad para detener vientos, mucho menos tempestades. Las potencias apuestan a hegemonizar a veces con vientos innecesarios como azotar faja de Gaza y el Golfo de México, neutralizando méritos pacificadores en Ucrania.
Rusia desató tempestades ante los vientos sancionadores europeos. Ganó terreno económico y demográfico: Creció>4% 2024, ingresos hogares aumentaron, desempleo en punto más bajo. Ucrania manifiesta disposición de ceder territorios. China aplica paciencia ancestral inspirada en su proverbio “siéntate en orilla del rio y verás pasar el cadáver de tu adversario”.
Nacionalmente prevalecen vientos que pueden traer tempestades: apagones, taponamientos, limitaciones en servicios de salud, jóvenes que estudiaron frustrados, carestía de productos, contaminación ambiental, déficits fiscales, endeudamientos, corrupción partidaria; ante un gobierno eufórico sustentándose en éxitos imaginarios creados por su marketing político.
Compartimos artículo citado: “El marketing político no ayuda: busca el beneficio inmediato de quienes detentan el poder…/y/ escándalos mediáticos…para captar la atención”. Urge seguir clamando moderación para evitar tempestades. El autor es ingeniero y exgobernador del Banco Central. [email protected]