Universidad UCSD gradúa 217 nuevos especialistas y magísteres
Nonagésima quinta Graduación Ordinaria de Postgrado de la Universidad Católica Santo Domingo, donde gradúo 217 nuevos especialistas y magísteres.
Santo Domingo. La Universidad Católica Santo Domingo (UCSD), realizó su Nonagésima Quinta Graduación Ordinaria en la que egresaron 217 especialistas y magísteres, con una representación femenina del 73 %. La mayor cantidad de graduados pertenece a la Maestría en Planificación y Gestión de la Educación.
La actividad fue encabezada por monseñor Francisco Ozoria Acosta, arzobispo metropolitano de Santo Domingo y gran canciller de la UCSD; y el rector de la academia, presbítero y doctor José Luis de la Cruz, quien destacó que frente a las realidades propias del siglo XXI, la institución se ha propuesto responder con la creación de nuevas ofertas académicas, a fin de construir una universidad de vanguardia.
El sacerdote De la Cruz instó a los egresados de la UCSD, ser abanderados de la ciencia y el conocimiento; también de los valores que ayuden a forjar una sociedad más justa, transparente, organizada y pacífica.
Como invitado especial, estuvo presente el señor Persio Maldonado, presidente de la Sociedad Dominicana de Diarios y director general del periódico El Nuevo Diario. En su disertación, el ejecutivo periodístico exhortó a los graduandos ampliar sus mentes y corazones, para actuar con sentido ético en cada una de las tareas que les toquen como servidores públicos o privados.
«Toda sabiduría resulta útil si la ponemos al servicio de los demás. Háganse sabios poniendo sus conocimientos en favor de la sociedad para revalorizar la condición humana. Recuerden siempre que esa es la única fuente de felicidad verdadera, la única que nos acerca a los propósitos de Dios», afirmó Maldonado Sánchez.
En la graduación, el doctor Juan Eliecer Cruz Álvarez, egresado destacado de la Maestría en Gerencia Moderna de la Salud, en representación de toda la cohorte agradeció a la UCSD por abrirle las puertas al conocimiento científico y de la fe, provocando transformaciones positivas que benefician a nuestra sociedad, la cual necesita más que nunca hombres y mujeres con valores humanos para revertir la descomposición social.
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