UCSD Realizó su octogésima primera graduación ordinaria en la que 310 nuevos profesionales fueron investidos en el área de Posgrado
Santo Domingo. La Universidad Católica Santo Domingo realizó su “Octogésima Primera Graduación Ordinaria” en la que fueron investidos 310 nuevos profesionales de Posgrado. Los graduandos recibieron sus títulos que los acreditan como profesionales especializados en diferentes áreas del saber, lo cual les permitirá ejercer una mayor influencia en la búsqueda de una sociedad dominicana más desarrollada y justa.
La ceremonia de graduación -que se efectuó en el Auditorio de Casa San Pablo- estuvo encabezada por Monseñor Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Primado de América y Gran Canciller de la UCSD, Monseñor Julio Cesar Corniel Amaro, Obispo de la Diócesis de Puerto Plata, el Rector de la Universidad, Monseñor Doctor Jesús Castro Marte, Obispo Auxiliar de Santo Domingo Norte, quien estuvo acompañado en la mesa principal por la Doctora Zeneyda de Jesús Contreras, Vicerrectora Académica; el Ingeniero Ramón García Tatis, Vicerrector de Administración y Desarrollo; el Doctor Manuel Ramón Peña Conce, Vicerrector de Extensión y Servicios Estudiantiles; los Decanos de Facultades: Licenciada Carmen Mildred López, de la Facultad de Humanidades y Educación; Licenciado Jorge Báez, de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas; Doctora Santa Ángela Cabrera, de la Facultad de Ciencias Religiosas y el Doctor Ángel Almánzar, de la Facultad de Ciencias de la Salud.
Para dar inicio a la ceremonia, Monseñor Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Primado de América y Gran Canciller de la UCSD, realizó la invocación para bendecir el comienzo de esta nueva etapa en las vidas de los jóvenes graduandos.
Posteriormente el Rector de la Universidad, Monseñor Doctor Jesús Castro Marte, Obispo Auxiliar de Santo Domingo Norte, pronunció el discurso central en el que se refirió a la virtud del optimismo señalando que la misma, de acuerdo con nuestra doctrina cristiana, nace de la Fortaleza, la cual, como virtud cardinal, es la que, con ayuda de Dios, da fuerza al hombre para superar los retos y dificultades de la vida.
Es la que no nos deja caer en el pesimismo y desesperanza frente a los fracasos y vicisitudes que nos trae el diario vivir, pero, sobre todo, la que nos da el valor y la perseverancia para no desmayar en nuestros propósitos de ayudar a nuestros hermanos menos favorecidos a alcanzar una vida digna para todos; en una sociedad donde impere la justicia distributiva, el crecimiento económico inclusivo y una efectiva protección social.
“El optimismo se hace necesario para fortalecer nuestro espíritu y reforzar nuestras creencias, pero sobre todo, para dar una respuesta cognitiva constructiva que nos permita comprender y superar los retos y dificultades se supone la dedicación a la formación e investigación dentro de un cultura humanista”.
Monseñor Jesús Castro se refirió al individualismo posesivo que se manifiesta en el mundo postmoderno que vivimos y el cual, amenaza barrer con todo vestigio de caridad y solidaridad dentro de la sociedad, pero, sobre todo, con todo vestigio de esperanza en una nueva humanidad.
El Rector de la UCSD hizo referencia a las palabras del Santo Padre al señalar que, a partir del Segundo Concilio Vaticano, la Iglesia está obligada a colocarse al lado de los pobres y exigir una acción solidaria para rescatarles de la pobreza en que se encuentran.
“Pero -enfatizó Monseñor Jesús Castro- el discurso de la Iglesia sobre el deterioro ambiental y la degradación del planeta alcanzó su mayor dimensión con la carta encíclica Laudato Si´ de nuestro Papa Francisco. Tomando como partida el hermoso Cántico de las criaturas de San Francisco de Asís, el Papa Francisco eleva un ferviente clamor por el daño que los seres humanos han infringido a nuestra madre Tierra; llama nuestra atención sobre el uso irresponsable de los bienes que Dios ha puesto en ella. Por desgracia, los hombres han volcado la violencia que anida en sus corazones contra el suelo que los acoge, sobre el aire que respiran y el agua que los sustenta”.
Monseñor informó sobre “El grave deterioro ambiental, producto de una desconsiderada explotación de la naturaleza, el uso indiscriminado de fuentes como el carbón y el petróleo en la generación de energía y, el afán desmedido de consumo de los países ricos nos acerca a una catástrofe ecológica que amenaza con hacer desaparecer la humanidad”
Finalmente, queridos alumnos, como futuros profesionales, «les exhorto a prepararse para ayudar, en la medida de sus capacidades, a la solución de los graves problemas que aquejan a nuestra nación, en especial, la falta de oportunidades para alcanzar un verdadero desarrollo humano, la reducción de la desigualdad social y el reconocimiento de su dignidad como hijos de Dios».
La Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) constituye una valiosa aliada de la sociedad dominicana al brindar una educación no solo científico-técnica, sino también humana, con la finalidad de contribuir eficazmente a la formación de egresados con un alto nivel profesional y ético. Con éstos suman ya más de 18,000 graduados, desde su fundación.
Los graduandos estuvieron acompañados también por sus profesores, familiares y amigos, quienes compartieron con ellos la felicidad de tan importante acontecimiento.